Fuente original: PelleMagazine.cl
Por Tannya Millencka
Proveniente de la región del Biobío. Con 25 años Sofía Abarca es Periodista y Pequeña Empresaria, actualmente Gerente General de la Editorial Z&E y PaperWoods Bookstore, además se encuentra cursando un Magíster en Edición en la Universidad Diego Portales. A pesar de vivir toda su infancia en Rancagua, la gran capital fue su hogar durante sus años universitarios hasta el día de hoy, “soy el resultado de los 30 años de progreso de este país, ninguno de mis abuelos terminó 4to básico, mis padres son los primeros profesionales de mi familia, y yo y mi hermano pudimos estar en universidades emblemáticas por nuestro esfuerzo” enfatiza.
A pesar de su juventud, en esta oportunidad Sofía nos relata su experiencia siendo activista y cómo quiere lograr el equilibrio de la batalla cultural entre tendencias políticas con su editorial.
Comenzó participando en la Centro Derecha Universitaria (CDU) para luego postularse como consejera de la FECH, hasta formar parte de la lista para obtener un cargo en la Mesa FECH, “recuerdo que mi rostro estuvo en un cartel gigante afuera de mi facultad”. También nos cuenta que fue parte del Partido Libertario pero que hoy milita en Republicanos, “siempre he participado en movimientos o actividades que promueven estas ideas”. Ahora está enfocada en su emprendimiento, la Editorial Z&E y en la librería PaperWoods.
Pero, ¿dónde nació este amor por los libros qué mas adelante sería clave en el liderazgo de una editorial?
Sofía hace énfasis a su infancia con su padre y el negocio que él manejaba en Rancagua, una librería en un mall ubicado en el barrio popular de la ciudad: “(…) ahí conocí la importancia de la lectura como principal agente cultural y, además, comprendí el esfuerzo y el sacrificio que implica manejar emprendimientos y negocios, independientemente de su tamaño”, también nos cuenta su encanto por los libros de ficción histórica, señalando algunos de sus favoritos La cruz de la perdición de Andrea H, La reina oculta y Prométeme que serás libre, ambos de Jorge Molist.
Siguiendo el tema de los libros, esta vez la empresaria destaca la importancia al momento de elegir uno para leer, desde su punto de vista estos se componen de dos aristas fundamentales: el fondo y la forma. Nos explica que “un buen diseño de portada e interior puede engañar al lector, engrandecer un manuscrito mediocre y volver públicamente relevante su contenido; y un mal trabajo editorial puede empequeñecer a un buen autor. Lo primero hace que abandones decepcionado un libro en la primera lectura, y lo segundo entorpece de sobremanera tu experiencia con el título: evita que te introduzcas en la historia. Es por esta razón que detrás de cada buen libro se presentan ambas cosas, lo que implica un trabajo sumamente especializado, cuyo centro siempre debe ser el lector que es nuestro público final”.
Cabe destacar que la industria del libro en Chile es una de las más competitivas y difíciles. Nuestro país es el único en Latinoamérica que posee un impuesto al libro y ante este escenario Sofía nos entrega una cifra sumamente importante: “las librerías se quedan desde un 30 hasta un 50% del valor del precio de venta al público de cada ejemplar”, recalca que la impresión de estos es muy cara comparada con otros países vecinos y la distribución se acompleja debido a nuestra geografía, por estos motivos Sofía Abarca es muy cautelosa en su negocio y evidencia que “la publicación de un libro no significa su venta segura. Si no se cuidan bien las expectativas puede ocurrir que la bodega se llene de títulos estancados”.
¿Cómo surge la idea de liderar una editorial?
Sofía parte señalando que fue el resultado de una cadena de eventos afortunados y que la editorial al principio nació como una extensión de la revista INDIVIDUO que fundó con un exsocio durante el periodo 2020-2021, “durante este contexto, uno de nuestros amigos tenía la idea de publicar un libro, pero no tenía una editorial que hiciera este sueño realidad. Por esa razón tomamos la iniciativa de editarlo nosotros y, como yo estaba especializándome en diseño editorial para la revista, tomé el reto de diseñar el libro, mientras otros amigos hacían el trabajo de edición e ilustración” nos comenta.
Siendo la primera vez que hacían este trabajo, estos jóvenes emprendedores comprendieron todo lo que conllevaba realizar un proyecto de ese estilo sin recursos y solo con entusiasmo: “finalmente, nos gustó lo que hacíamos y tomamos la decisión de crear en ese momento la Editorial Entre Zorros y Erizos (Ed. Z&E), una casa editora modesta que pudiera darle espacio a otros autores del sector menos conocidos, pero con el mismo talento” afirma.
Esta pequeña empresa que al principio fue un pasatiempo para Sofía mientras estudiaba y participaba como activista en diferentes movimientos políticos se convirtió en su trabajo a tiempo completo, teniendo a Nicolás Márquez, uno de sus autores estrellas, a quién ayudaron a publicar el libro “La Dictadura Comunista de Salvador Allende”, “realizamos un lanzamiento enorme en agosto del año pasado gracias a la gestión de amigos talentosos del sector: Johanna Agnello, Marcos Clark e Ignacio Said. Y, en este contexto, nos reestructuramos completamente, Ignacio Said se unió al equipo como mi socio y tomé el liderazgo del proyecto editorial, ya que antes estaba absolutamente enfocada en el trabajo creativo” comenta orgullosa.
Una idea que nació por amor al arte por parte de unos activistas terminó siendo un negocio con proyección empresarial a largo plazo, señala la líder de la editorial. Actualmente, después de 2 años de arduo trabajo, la editorial trabaja con más de 60 librerías a lo largo del país y distribuye a reconocidas cadenas como Antártica, Feria Chilena del Libro y Buscalibre.cl, la periodista declara que “no ha sido fácil, pero estamos orgullosos de lo que hemos logrado: que el público general, esté de acuerdo o no con nuestras ideas, tenga la posibilidad de comprar nuestros libros”.
En este contexto, Sofía Abarca se da el tiempo de agradecer a quienes han estado con ella en este sinuoso camino: “quiero destacar a Nicolás Márquez, aparte de ser una persona sumamente admirable e inspiradora para nosotros como luchadores culturales, gracias a él y su confianza en nosotros es que hoy estamos acá, realmente estamos sumamente agradecidos con él. Obviamente, a este agradecimiento quiero sumar a mi equipo de trabajo, a Ignacio Said, Valentina Vergara, Daniela Valenzuela, Arturo Ruiz, Felipe Cereceda, Italo Omegna, entre otros amigos que se suman. Todos me inspiran cada día para ser mejor en lo que hago”, finaliza.
También le preguntamos a qué se refería con Batalla Cultural y esto fue lo que nos respondió:
No me gusta mucho hablar de “batalla cultural” porque considero que es un término muy repetido, no obstante, es efectivo para explicar la relevancia que tiene la cultura en nuestro contexto actual. ¿Te acuerdas de las intervenciones vandálicas al Monumento del General Baquedano en Plaza Italia post 18 de octubre? Esos “manifestantes” buscaban un “cambio”: instaurar un nuevo régimen a través de una nueva constitución. (…) Realicé mi memoria de título sobre este problema, y una de las conclusiones que pude llegar es que al final, a través de las intervenciones, buscaban “derribar” nuestra visión de lo bello, lo bueno y lo verdadero e instaurar su visión posmoderna, del sinsentido, y, sobre todo, cambiar la memoria histórica de nuestro país para instalar la suya. La batalla cultural es eso: la lucha por la memoria histórica, por nuestros valores tradicionales, por la búsqueda de lo bueno, lo correcto y lo verdadero. Y esto se tiene que hacer a través de medios culturales como las artes y las letras, los libros.
¿Sientes que la derecha mundial le entregó en bandeja a la izquierda todo lo relacionado a la cultura, preocupándose solo de lo económico?
Sí, lamentablemente creo que sí. No obstante, es una falsa dicotomía lo que se plantea en el enunciado. La cultura y “lo económico” pueden ir de la mano perfectamente. Hay una falsa idea de que necesariamente la cultura tiene que ser apoyada por el Estado, cuando no es verdad. De hecho, la intervención estatal ha provocado que se apoyen proyectos fracasados que están acordes a la ideología izquierdista imperante. Por esa razón, se debería apostar por proyectos sustentables y autofinanciados. Proyectos que las personas apoyan voluntariamente, no con los impuestos de ellos que, déjame decirte, están malgastados. Eso es lo que buscamos como sello editorial, que las personas nos escojan porque apoyan nuestras ideas, no porque somos la única opción monopólica. Imagínate, con lo caro que son los libros en nuestro país por los pormenores señalados, que una persona compre un libro significa que prefiere cultura antes que comprar bienes de primera necesidad.
Cuéntanos sobre PaperWoods, ¿es una librería que también administras?
Efectivamente así es. La librería nos abre la posibilidad de incursionar con otros tipos de títulos y llegar a más público. Es por este sentido que hablamos con Ítalo Omegna para incorporarlo al equipo, ya que él antes tenía una librería denominada Literatura y Libertad. Estoy sumamente agradecida de trabajar con él, es un joven super admirable y una inspiración para mí. Estamos cada día trabajando para crecer más.
Si tuvieses que dejar un legado, ¿cuál sería?
Creo que soy muy joven, tengo 24 años, para responder esta pregunta… pero por ahora me gustaría intentar darles esperanza a nuestros jóvenes. Jóvenes como yo que cuando estudiaron en la universidad se sintieron asustados, desplazados e incluso violentados por pensar en la libertad, el progreso económico y la verdad. Por defender nuestras ideas. Jóvenes que estuvieron en ambientes totalitarios donde el problema ya no era decir, sino pensar. Quizás no es tan evidente porque no hay violencia física, pero en esos ambientes da miedo decir lo que uno piensa por el rechazo que se tendría que soportar: una de las cosas más terroríficas es estar solo. En realidad, son ambientes hostiles para nosotros. Quizás no lo alcancé a ver, pero mi objetivo es seguir trabajando para que algún día en el futuro, jóvenes como yo puedan hablar con libertad.