Una Editorial es una empresa que edita, diseña y publica libros, es decir: transforman los manuscritos en títulos literarios. Comúnmente se confunde con el trabajo que realizan las imprentas o las librerías, las cuales, si bien abordan áreas similares e interactúan entre sí para complementar sus servicios, su enfoque productivo y su público objetivo es diferente.

Una imprenta se dedica a la impresión de títulos literarios y otros derivados, mientras que una librería está orientada a la venta de libros a un público general o de nicho. Es importante señalar que a veces las imprentas realizan trabajos de edición de textos y de diseño, pero es poco común, por eso recomendamos siempre pasar por una revisión editorial para que la inversión en la impresión sea la más eficiente posible.

Al igual que otro producto, la creación de un libro se divide en diferentes etapas. En primer lugar, se debe realizar una revisión exhaustiva al manuscrito, es decir, a la obra que realizan los autores. La revisión consiste en verificar si están bien empleadas las reglas gramaticales, si posee coherencia, si el texto es claro para el lector objetivo, entre otras cosas. Querido autor, ¿leerías un libro lleno de errores de tipeo y confuso? No, ¿cierto? Por eso buscamos corregir los errores que imposibilitarían la correcta lectura, que provocaría que el lector dejara el libro sobre la mesa.

El segundo paso es igual de importante que el primero, nos referimos a la construcción del libro. Una Editorial trabaja con el apoyo de diferentes diseñadores e ilustradores porque un libro es, en esencia, una obra de arte. Una portada compuesta de forma coherente, unos márgenes lo suficientemente amplios que permitan sujetar el ejemplar de forma cómoda, una tipografía adecuada para resaltar o acompañar el contenido del libro, son algunos de los desafíos que se enfrentan a diario los diseñadores editoriales. En palabras simples, los libros se componen de una forma y un fondo: un buen diseño embellece y resalta una obra, uno malo la empobrece. Del mismo modo, es bueno destacar que un buen conocimiento en diseño editorial permite abaratar los costos de producción de los libros. Posterior a la autorización final del autor sobre el diseño de la obra, se cotiza con una imprenta los ejemplares a imprimir.

El tercer paso corresponde a la publicación y distribución del libro. Dependiendo de las necesidades de cada cliente, se puede optar por diferentes metodologías de venta, ya sea la comercialización a público general en librerías, la publicación a través de ebooks, la realización y participación de eventos, giras o ferias, entre otras cosas. Lo importante es evaluar las capacidades de cada autor para vender y proporcionar su libro.

En definitiva, una Editorial trabaja para dos personas: el autor y su lector.

El segundo paso es igual de importante que el primero, nos referimos a la construcción del libro. Una Editorial trabaja con el apoyo de diferentes diseñadores e ilustradores porque un libro es, en esencia, una obra de arte. Una portada compuesta de forma coherente, unos márgenes lo suficientemente amplios que permitan sujetar el ejemplar de forma cómoda, una tipografía adecuada para resaltar o acompañar el contenido del libro, son algunos de los desafíos que se enfrentan a diario los diseñadores editoriales. En palabras simples, los libros se componen de una forma y un fondo: un buen diseño embellece y resalta una obra, uno malo la empobrece. Del mismo modo, es bueno destacar que un buen conocimiento en diseño editorial permite abaratar los costos de producción de los libros. Posterior a la autorización final del autor sobre el diseño de la obra, se cotiza con una imprenta los ejemplares a imprimir.

El tercer paso corresponde a la publicación y distribución del libro. Dependiendo de las necesidades de cada cliente, se puede optar por diferentes metodologías de venta, ya sea la comercialización a público general en librerías, la publicación a través de ebooks, la realización y participación de eventos, giras o ferias, entre otras cosas. Lo importante es evaluar las capacidades de cada autor para vender y proporcionar su libro.

En definitiva, una Editorial trabaja para dos personas: el autor y su lector.side a collapsible panel. Great for FAQ's or additional product information

Derivado de la pregunta anterior, existen diferentes alternativas para los autores. Quizás un autor solo necesite la corrección del manuscrito, o tal vez requiera un diseño para publicarlo por su cuenta en alguna plataforma digital. Asimismo, está la posibilidad de delegar todo el trabajo de corrección del texto, diseño, publicación y distribución a una Editorial. Por otro lado, hay autores que prefieren tener los libros y venderlos por su cuenta, debido a que necesitan esos ejemplares para eventos o campañas específicas.

Finalmente, también se debe considerar la materialidad de la obra y su contenido. Los libros poseen diferentes formatos (tamaño, peso de la hoja, textura de la tapa, colores de impresión, etc.), así como géneros literarios (infanto-juvenil, fantasía, no-ficción, actualidad, etc.). Depende en general del proyecto literario y su público objetivo.

Considerando todo lo anterior, se debe evaluar cada proyecto según su mérito, coste y riesgo. Es importante revelar que la publicación de un libro, al igual que en otros ámbitos de la vida, es una apuesta y una inversión. Como empresa inserta el mundo de la industria del libro, estamos conscientes de que publicar un título tiene sus costos asociados, pero a la vez sabemos que es un sueño que merece ser cumplido.

Hay autores que por su capacidad de autopromocionarse y por tener un público establecido, la Editorial asume el riesgo que significa el costo de la impresión y la distribución masiva de los ejemplares, porque se evalúa al inicio del proyecto que se podrá recuperar a largo plazo la millonaria inversión que implica la publicación. En este caso, el autor vende a la Editorial los derechos de autor del manuscrito y recibe a cambio solo el costo de esa compra, ya que la casa editora se responsabilizó del trabajo general (edición, diseño, impresión, distribución y venta).

Pero, también hay autores que, si bien no tienen un público establecido que lo catalogan en un riesgo elevado en comparación a un escritor con trayectoria, sí poseen el valor de tener un manuscrito interesante y llamativo, y el ímpetu necesario para abrirse camino en el mundo de la literatura. El desafío en este caso es situar al escritor en el mercado literario de forma sostenible. Por eso, se debe realizar y presentar una cotización al autor que contemple todos los costos de producción, evaluando los servicios que requiere el manuscrito para poder ser transformado de forma óptima y eficiente en el libro. Al final se discute lo relacionado a las ventas y la distribución, y los porcentajes de las ganancias asociadas y a repartir entre el autor y la Editorial. En este caso, el escritor, como asumió el riesgo de llevar a cabo su proyecto, se le concede en regalías un porcentaje muy superior a los que corresponde la compra de derechos de autor, ya que el servicio que asumió la Editorial es su trabajo en distribución.